Se trata de Georgina Bardach que se transformó en mi nueva ídola. Renovando el espíritu de "qué mal que la estoy pasando" que dejó vacante Gaudio una nueva ola de sincerismo y vayansetodosalaconchadesumadrismo llega con la nadadora cordobesa quien no vaciló en declarar "por fin terminó este suplicio" despues de hacer una pésima primera carrera y otra pedorra. Le quedaba una carrera más pero no daba.
Pero este no es el único episodio que demuestra su grandeza, Bardach antes de los juegos se había encargado de pegarles los palos correspondientes a la gente del comité olímpico argentino y a la secretaría de deportes por la falta de apoyo, de escrúpulos y de aptitud que demostraron antes del evento.
Y no terminó ahi! al finalizar los juegos Bardach fue una de las pocas en romper el silencio corporativo que esconde la total corrupción de la deportividad olímpica al declarar que lo que hace Phelps es inhumano "... y hay mucho fármaco dando vuelta".
Por suerte los argentinos ya no estamos desamparados. Seguimos teniendo deportistas boludos que se emocionan, que hablan como cachito vigil, que van a saludar a la presidenta o que van a los juegos a jugar en patin para levantarse jugadoras de hockey pero mientras tengamos este tipo de deportistas a los que les chupa todo un huevo y tienen la suficiente autonomía moral (o soberanía diría bataille) para que no les importe el argentinismo triunfalista pelotudo que impregna nuestra nación habrá esperanza.
Gracias Georgia!
